Migración y salud mental la cenicienta de los servicios de salud
- Valentina Giron
- 23 jul 2022
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 15 ene 2024
La migración es percibida de manera diversa por la sociedad: algunos la ven como un problema, mientras que para otros representa una oportunidad para contribuir al desarrollo sostenible del país de acogida. Ejemplos de naciones desarrolladas demuestran cómo consideran la migración como una herramienta para el crecimiento.
Hoy en día, la migración se reconoce como una realidad tangible y un desafío para las naciones. Dejar tu país de origen implica un cambio integral en tu identidad, enfrentándote a condiciones complejas en un nuevo territorio. En muchos casos, la migración no es planificada, sino más bien un mecanismo de huida destinado a preservar la vida y la integridad fuera del lugar de origen.
Inicia entonces un proceso de ajuste migratorio, donde te enfrentas a choques culturales, económicos y sociales. Sin una buena salud mental, la integración exitosa se vuelve menos probable. Las brechas en la población migrante se amplían debido a limitaciones culturales, económicas y geográficas, agravadas por la falta de visibilidad en las políticas públicas.
Al unirte a un éxodo, como el que ocurre en Venezuela, abandonas tu zona de confort y te ves obligado a empezar de cero. Estos cambios generan alteraciones psicológicas que pueden desencadenar estrés o depresión, conocido como el síndrome de Ulises, en referencia a las travesías míticas de este viajero.
Si experimentas sentimientos de tristeza frecuente, desmotivación, baja autoestima, dificultad para integrarte, antecedentes de violación de tus derechos, actos de discriminación o violencia, o pérdida de interés en actividades que solían alegrarte, es crucial buscar ayuda de un especialista en salud mental. Y recuerda que las fronteras están en tu mente, lo dice una usuaria frecuente de servicios de salud mental. ☺️

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